«Cuando el enfoque se convierte en un desafío constante»
TDAH, o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, es un trastorno neurobiológico que afecta significativamente la atención, la impulsividad y la actividad motora. Aunque a menudo se diagnostica en la infancia, TDAH puede persistir en la edad adulta, impactando el funcionamiento diario y las relaciones interpersonales.

¿Qué se siente tener TDAH?
«Tener TDAH puede ser como tener una mente en constante movimiento, donde concentrarse en una sola tarea resulta difícil y las distracciones son frecuentes. La impulsividad asociada con el TDAH puede llevar a tomar decisiones rápidas sin considerar las consecuencias, mientras que la hiperactividad puede manifestarse como una necesidad constante de moverse o hablar. Estos síntomas pueden causar frustración y dificultades en la organización y en las relaciones personales.»
Principales síntomas:
- Déficit de Atención: Dificultad para concentrarse y mantener el enfoque en tareas específicas.
- Hiperactividad: Necesidad constante de moverse y hablar en exceso, a menudo interrumpiendo a otros.
- Impulsividad: Tendencia a actuar sin pensar y dificultad para esperar tu turno, lo que puede afectar las decisiones y el comportamiento.
- Problemas de Organización: Dificultad para planificar, organizar y completar tareas, lo que puede llevar a una falta de seguimiento y cumplimiento.